02 Jul Los turistas extranjeros se comprometen a autoaislarse si dan positivo en covid-19
No habrá avalancha de turistas este verano en España. Así lo indican fuentes del Ministerio de Sanidad que entienden que igual que la mayoría de los españoles han desistido de salir al extranjero por la pandemia de la Covid, los extranjeros harán lo propio. Viajar en estos tiempos es complicado, no solo porque haya que pasar una serie de controles en los aeropuertos o los puertos, que se suman a los habituales, sino que planea el miedo a que el coronavirus arruine las esperadas vacaciones. Porque no solo hay que pasar las cámaras de temperatura (¿a quién no le asusta que por unas anginas de última hora se pueda quedar uno retenido en el aeropuerto?) sino que, en caso de que se contagiara, deberá confinarse durante 14 días.
De hecho, los turistas que vengan a España deberán firmar un documento en el que se comprometen a autoaislarse en el alojamiento que hubieran contratado, un documento que habrán de rellenar dos días antes de viajar. Este formulario de salud pública se hace por vía electrónica y se enviará bien por correo electrónico o por la aplicación Spain travel Health-SpTH, obteniendo un código QR, que deberá presentar a su llegada a España.
Este formulario no solo obliga al turista a comprometerse a autoaislarse en caso de que sea un caso positivo o un contacto estrecho de algún positivo, sino a comunicarse con las autoridades sanitarias telefónicamente para hacer seguimiento del caso. También deberán informar, antes de entrar en España, de adónde van, dónde se alojarán, si han estado en contacto con algún caso positivo antes, si ha estado en el hospital, si ha visitado un mercado de animales vivos en los últimos 14 días y, por supuesto, un teléfono de contacto.
Las agencias de viaje, los operadores turísticos y compañías de transporte aéreo o marítimo y cualquier otro agente que comercialice billetes aéreos vendidos aisladamente o como parte de un viaje combinado, deberán informar a los pasajeros de la obligatoriedad de presentar el formulario de salud pública en el aeropuerto o puerto de destino.
Este formulario es uno de los tres controles que han de pasar los turistas para pasar unos días de vacaciones. En el aeropuerto, éste deberá enseñar el código QR, que es el primer control, el documental. El segundo, el control de temperatura para lo que se han adquirido más de 400 cámaras termográficas que se distribuirán por los aeropuertos que recibirán a estos pasajeros. Este control se realizará de modo rutinario con el fin de identificar viajeros con fiebre.
Se establece como límite de detección una temperatura igual o superior a 37,5ºC.
La toma de la temperatura se hará mediante termómetros sin contacto o por las citadas cámaras. Desde sanidad se asegura que no se almacenarán datos personales ni las imágenes captadas por las termográficas para garantizar la privacidad del pasajero en todo momento.
Las compañías navieras, bajo la supervisión de sanidad exterior, podrán tomar la temperatura a los pasajeros en viajes internacionales antes de su llegada a puerto español.
Además, tendrán que someterse a un control visual en el aeropuerto. Es decir, si alguno de los agentes tuviera dudas sobre el estado de salud de alguno de los pasajeros, podrá pedir una supervisión.
Y es que, tal y como indican en sanidad, si un pasajero no pasa alguno de los tres controles mencionados será sometido a una nueva evaluación sanitaria, con el fin de determinar si existe sospecha de riesgo para la salud pública. Dicho control secundario incluirá una nueva toma de la temperatura y una evaluación de su estado clínico y epidemiológico.
En el caso de que tras la nueva evaluación sanitaria, se confirme la sospecha de que el pasajero pudiera padecer una patología que pudiera suponer un riesgo para la salud pública, se activarán los protocolos de alerta sanitaria establecidos para, en coordinación con las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, proceder a su derivación a un centro sanitario. Y seguir las mismas normas que cualquier español que está confinado en ese momento en su casa por ser positivo o contacto estrecho de un infectado.
El turista deberá aislarse en el lugar que había contratado, aunque en el caso de que no tuviera la posibilidad de estar 14 días, las comunidades tienen reservados un espacio para ellos (un hotel o albergue). Lo que no está claro es quién corre con los gastos del alojamiento. “Es el mismo procedimiento de asistencia que al resto de ciudadanos extranjeros”, dicen en sanidad. Pero no se explica más.